Es sentir que el mundo te falla, que no puedes confiar en nada ni nadie, ni en ti mismo, "es cómo intentar hablar contigo mismo y acabar discutiendo" y odiándote. ¿Cuánto tarda mi media naranja, no? A lo mejor es que ni tengo de eso, a lo mejor soy un fallo, un error, un defecto de fábrica. Los días pasan todos iguales, ni el humo ni las sonrisas falsas de oreja a oreja esconden las ojeras y las ganas de abrazarte y de que ese momento no termine. El vacío en el pecho cada día se agranda más y más, ¿es que nadie va a entenderme?
Me monto mil películas en la cabeza, imagino otra situación, y me veo feliz, con mi familia, mis amigos y contigo, aunque qué más da... jamás leerías mis rayadas.
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