jueves, 5 de julio de 2012

¿Celos?

¿Qué es eso que me está comiendo por dentro? Duele. No sé que es, pero cada vez que te veo abrazado a ella lo siento. Es cómo si algo dentro de mí me desgarrase el corazón e intentase salir de mi cuerpo haciendo un agujero en mi pecho, y, cómo todo agujero, dejar su vacío. Su vacío, su sensación de inestabilidad, de intranquilidad, de saber que lo único que quieres es gritar y llorar para desahogarte. Una sensación que te está gritando sólo a ti "¡ven y arregla el desastre de mi vacío!". El vacío es cuando falta algo, ¿no? ¿Y si a mi me faltase mi "todo"? Las lágrimas ya no desatan el nudo de mi garganta, que cada día se hace más grande y duele. Ya ni los dolores de cabeza por rayarme, ni las ojeras del insomnio que  me produces, son heridas suficientes.

2 comentarios:

  1. También tengo una persona con la que he podido aplicarme todo lo que has escrito, exactamente igual. He encontrado tu blog en twitter, y me encanta, en serio, ¡te sigo!

    Pásate por el mío: http://cadahuellaenelcamino.blogspot.com

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